sábado, 20 de noviembre de 2010

¿De verdad de la buena?

Hoy he estado hablando de un tema “erótico/festivo” con mi compañero de curro: Los penes, sus tamaños, grosores y colores… Upsssss pensareis, ¡vaya temita para hablar en el trabajo! pues no… un tema de lo más normal, vamos, un tema del día a día.
Después de darle a la lengua durante una horita –tenemos poco trabajo, en efecto- hemos llegado a una conclusión: lo que nos gusta a las mujeres de nuestros protas masculinos cuando leemos nuestras novelas, no se corresponde en absoluto con lo que realmente nos gusta y esperamos de nuestros chicos.

¿No me creéis? Pues os pienso demostrar con argumentos, el por qué de esta afirmación tan categórica.

Los protas masculinos de nuestras novelas tienen un aguante superior a la media (5/7 “actos amatorios” en una noche es superior incluso a la “alta”), la duración del acto en si es eterna… siempre nos hacen sufrir dos o tres orgasmos antes de satisfacerse ellos mismos (vamos, media hora mínima solo de “mete/saca), así mismo su tiempo de reacción es fulminante (tienen un orgasmo y en menos de cinco minutos ya están con la “antena parabólica” en marcha otra vez), y por supuesto son insaciables (no contentos con 5/7 en una noche, repiten la jugada una y otra vez y otra durante los siete días de la semana) y esto que a nosotras nos pone los ojos como platos, si lo extrapolamos al mundo real, nos pondría “otra cosa” en carne viva, o como poco con escoceduras bastante importantes… y eso por no hablar del coñazo, sip, COÑAZO, que sería estar toda la noche, cada una de las noches de la semana, dale que te pego…

En serio, yo me imagino a mi marido en ese plan A DIARIO, todos los días del año… Y me da un pasmo!

Me imagino la conversación del tercer día:
-Niño, tate quieto… que HOY tengo sueño…
-mmm –aquí él me da besos, hace arrumacos, caricias y me convence.
-mmm –aquí yo me dejo convencer.

Del cuarto día:
-Niño, tate quieto… que hoy no tengo ganas…
-mmm –aquí el me da besos etc…
-Pero que pesadito que estás últimamente…
-mmm –más arrumacos…
-Bueno va… -acto seguido rezaría por que se diera prisa, porque de verdad, que HOY tengo sueño… pero no… le pasa como al conejito de duracell… que dura y dura y dura… arggh.

Del quinto día:
-Niño… que te quedes quieto…
-mmm –ya está dale que te pego con los puñeteros besos, las caricias aburridas y los arrumacos de niño malcriado.
-Que te he dicho que no me apetece…
-mmm –y dale con los puñeteros arrumacos, este se tiene que estar tomando viagra o algo por el estilo…
-Bueno… pero rapidito –y mientras él se afana yo pienso en si habrá pastillas contra la fogosidad masculina y si se las podré echar en el café sin que se entere…

Del sexto día:
Una hora después de la normal de acostarnos yo sigo sentada en el sillón frente a la tele viendo la película más aburrida del siglo.
-Niña… ¿Nos vamos a la cama? -me pregunta él con ojitos tiernos.
-Uissss no… que está súper interesante la peli –digo entre bostezos.
-mmm… -él se acerca a mí despacito.
-Uiiiissss que no me he quitado el maquillaje, ni tendido la ropa, ni fregado el suelo de la cocina… vete a la cama (tu solito) que en cuanto acabe te acompaño –digo acojonada al verle acercarse con “intenciones”
Hago todo lo que “supuestamente” me he dejado sin hacer y voy a la cama una hora después que él. El muy capullo esta despierto y con la lanza alzada.
-Niña te he echado de menos.
-Uffff -suspiró conmovida por su estoica espera y decido que bueno… que tampoco me hace falta dormir esa noche… luego por supuesto me arrepiento por que la “cuestión” no dura poco… no… dura toda la santa noche (a ver, 5 polvos no se echan en un ratito)

Del Séptimo día:
Media hora antes de la hora habitual de acostarnos me meto en la cama enfundada con el pijama más feo, viejo y zarrapastroso que tengo…
-Niña… te voy a comer entera.
-Mira capullo, como se te ocurra desenfundar te juro que te cojo la “pistola”, te la arranco y se la echo a la iguana de desayuno –gruño enfadada con una mirada tal que la “pistola” se convierte en pura gelatina ipso facto. Aprovechando esa bendita circunstancia, y antes de que su pene cambié de opinión y decida alzarse en armas, me oculto bien entre las mantas, lo más pegada posible al extremo de la cama y gruño, cual perro rabioso, avisando de que, sí, MUERDO, y cierro los ojos... «como se le ocurra acercarse lo mato» es mi último pensamiento.

¿En serio queremos chicos como nuestros protas, insaciables, con aguante y muchas, pero muchas ganas, a todas, pero a todas, horas?
Exacto, ya os decía yo que no…


Pero vayamos un poco más allá… hemos hablado de aguante, de duración, y de asiduidad… ahora vayamos a lo puramente físico, los penes.

Los de nuestros protas son grandes, largos, gruesos, imponentes todos ellos… blancos, negros, morados, rosados, con venas, sin venas… vamos, para todos los gustos, tamaños y colores (algunos de hecho, hasta cambian de color, pasando del rosa palo, siguiendo al rojo cereza y acabando en el morado explosión) Hasta ahí todo bien... bueno, bien siempre y cuando te gusten las cosas “grandes”… y seamos sinceras… ¿De verdad nos gustan TAN grandes?

Por poner un ejemplo, en “Pasión” de Lisa Valdez el pene del prota mide unos escalofriantes 27cm. En cualquiera de los de J.R. Ward, el glande cuando están en erección sobrepasa el ombligo (vamos… ni un caballo, probar a medir, mínimo 30cm) Los de Robin Schone rondan los 25cm… Kenyon anda también por esa medida… los que menos no bajan de 22cm… Guau!!! No está nada mal, ¿verdad?
Pues no, está PEOR. 

¿Alguna de vosotras se ha parado a coger un metro y comprobar cuánto son 22/25 o 27 cm?
No, ya lo sabía yo.
Pues mirad:
Una botella de acuarius de un litro (la de toda la vida) mide ni más ni menos que 26 centímetros.
Sip, uno menos que el pene de uno de nuestros protas, uno más que el de la mayoría de ellos… para comprobar cuanto son 22cm ir restando un dedo por centímetro… ufffff… incluso los “menos dotados” son… ATERRADORES.

En serio… pensarlo bien… una botella de acuarius “pa´dentro”… ¡Yo no, desde luego! ¡Ni de coña! No sólo no me cabe, es que además me desplazaría todos los demás órganos del cuerpo… joder, se me quedaría el estómago a la altura de las tetas, o sea, la tripa a la altura del esternon y las tetas a la altura de la garganta... ufff
Y hablando de gargantas… ¿alguien se plantea hacer una felación hasta el fondo a un pene de ese tamaño? GLUPS.

A eso, por supuesto hay que añadir, que si son “largos” también son “gruesos” algunos del tamaño de la muñeca femenina o más… de hecho para describirlos suelen usar la frase: “no se podía abarcar con los dedos de las manos” ¿Eing? O las protagonistas femeninas tienen los dedos muy cortos o las autoras exageran una pizca… pero vamos... una pizquita de

Vamos, no solo son tan largos como una botella de acuarius, sino que son igual de gruesos… o más…

De verdad queremos que los penes de nuestros chicos tengan ese “tamaño” (por llamarlo de alguna manera)

En fin… nuestros protas son tremendos, guapísimos y unos verdaderos “macho man” pero yo, sinceramente, me quedo con mi chico, normalito, con una asiduidad normal, una aguante relativo, una reacción post coital en el término medio, y un pene “adecuado” a mis necesidades (básicamente, que no me deje baldada ni ocupe lo que un melón).

1 besote

Noelia.

13 comentarios:

  1. Como compartió conmigo una amiga en una conversación de este estilo, y a santo de una experiencia de la que salió por patas: "ejem, chico, es que yo tengo fondo". (le faltó decir: que me acabo, vamos!)

    ResponderEliminar
  2. Ja,ja,ja,ja... Noelia, ¡cuánta razón tienes!

    Un besito

    ResponderEliminar
  3. Madre mía qué risa me he pasado leyéndote y es que has puesto en consideración todas esas dudas cuando leo alguno de los libros. Muy bien para la ficción pero en el día a día... urf. En serio, genial genial.

    Un besazo guapa

    ResponderEliminar
  4. Y yo qué hago ahora si no puedo dejar de reírme y tengo que ir a dar clase??? JAjajaja que me parto... Creo que a aprtir de ahora miraré las botellas de acuarius de otra forma juassssss

    ResponderEliminar
  5. Vamos. Estudio científico en toda regla. Ni pongo ni quito rey. Perfecto Noelia y completamente de acuerdo contigo. Un chuliboy normalito, lo mejor de lo mejor.

    ResponderEliminar
  6. Muy bueno Noe, me parto!!
    Alguna vez me he parado a pensarlo, sobre todo lo de el exceso de centimetros, pero nunca de esa manera.

    ResponderEliminar
  7. En El hombre perfecto de Linda Howard ya dicen las cuatro amigas que todo lo que supere los 17 centímetros sobra porque no cabe... Y si ellas lo dicen....

    ResponderEliminar
  8. Juassssssssss ¡acabo de encontrar la famosa botella de Aquarius! Y entre las risas que me he pasado leyéndote, y los pensamientos asesinos que se me vienen a la mente si alguien se me acerca con un "artilugio" de semejante tamaño, van a pensar que estoy como un cencerro!!!!
    Besisssss

    ResponderEliminar
  9. Jejejejeje, es buenísima la entrada Noelia. La verdad es que lo de la botella de aquarius impacta, joder, no lo había pensado de ese modo. De acuerdo contigo en todo! Lo único que te puedo poner un pero es que en eso de tener tú tres orgasmos antes de que ellos terminen, si que se podrían parecer nuestros hombres a los protas de las novelas, jejeje. Aunque saldríamos un poco doloridas. Un besotee

    ResponderEliminar
  10. vaya razon que tienes la verdad , como me rio con tus cosas un besazo y no pares nunca de escribir (aunque los protas sean insaciables y muy pero que muy grandes jeejeje nos siguen gustando igual )

    ResponderEliminar
  11. como me he reido x diosssssssssssssssssssssssss si es que como te entiendo nena. Besos ardientes jajajaaj

    Ana

    ResponderEliminar
  12. hola miren me meti a leerlo y me parecio extraño
    miren mi pene mide 18 cm dormido y 24 cm erecto dormido de ancho son 3ó4 de mis dedos
    y parado el ancho de mi muñeca ( muñeca de la mano)
    y siempre me a parecido normal en erio no les gusta de ese tamaño? O.o

    ResponderEliminar

Hola!