martes, 9 de febrero de 2010

Fíate de la virgen y no corras.

Digo ésta frase muy a menudo, de hecho es que hay días que no deja de salir por mis labios…

Es una de esas frases que la gente usa cuando quiere decir que mejor no te fíes de nadie y estés preparado para lo peor… o al menos la usa la gente de mi alrededor.

La primera vez que la oí fue de labios de mi suegro, me chocó muchísimo, así que me la explicó. Imagino que la historia varía según quien la cuente, por tanto yo voy a contar la que me sé pero no aseguro que sea verídica.

Me contó quien lo sabía que cierto día de verano paseaban dos amigos por el campo. Hace tiempo ya de esto, cuando no había apenas coches y las carreteras no llenaban de humo nuestras huertas.

Un amigo hablaba mientras el otro escuchaba y cuando el primero callaba, el segundo continuaba.
Así se les pasó el tiempo entre palabras y pasos.

Atravesaron en su pasear huertas, viñedos y cercados, hasta acabar rodeados por prados verdes y pastos de ganado.

Uno miró a otro, el otro le devolvió la mirada. ¿Dónde estamos? Pensaron, pero no se preocuparon, siguieron caminando mientras el sol se ocultaba, tranquilos y lejanos al peligro que los acechaba.

De repente un mugido, un resoplar, un bramido.
Miraron a sus espaldas, un magnifico ejemplar los observaba.
Un toro, de alta cruz y negra estampa, en la frente una mancha blanca, la cornamenta, más que pitones, punzones. La pezuña delantera hoyando la tierra, el hocico echando espuma.

Un amigo miró al otro.

-¡Corre! –Dijo gritando- Nos hemos metido donde nadie nos ha llamado.

El primero salió corriendo, el segundo se arrodilló rezando.

-¡Qué haces loco! -Increpó el que sobre sus piernas volaba.
-Ave Maria Purísima –oró el que a la tierra las rodillas tenía pegadas.
-¡Tú fíate de la virgen y no corras! –exclamó el que la velocidad salvó… del segundo solo el cadáver se encontró.

Bueno, me ha salido un poco extraño el cuento, juro que mi suegro lo contaba muchísimo mejor, pero la historia es mas o menos así, si ves venir el problema, no esperes ayuda ni te fíes de milagros, mejor ponte manos a la obra y estate preparado… o sal pitando.

A veces sabes que algo va a llegar, lo ves venir desde lejos e imaginas que ocurrirá… si estás preparado, nada te va a pasar… pero si te duermes en los laureles… el toro te va a pillar.

1 besote

Noelia. 

5 comentarios:

  1. Cuanra razón!!!! aunque siempre mejor es prevenir >___<

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  2. Que verdad tienen tus palabras ¡¡más vale estar prevenido que no tener la cabeza en las nubes y que un toro cualquiera te pueda pillar!! más vale tener las cosas bien atadas, porque a los problemas siempre hay que enfrentarse y no huir si se puede claro!! un beso

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  3. Pues sí, hija, qué gran verdad. Claro que con los antecedentes que gasta la Virgen, ¿quién se fía de ella?

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  4. Mientras lees, pues si, mejor prevenir que curar... y si no se puede prevenir... mejor salir cagando leches... jis.

    Anna, si es que a veces hay animales de dos patas que son mas peligrosos que los toros... mejor estar ojo avizor.

    Doña Maria; encantada de tenerla por estos lares... señora, tiene usted toda la razón! Amen!

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  5. Pues vaya, ya no puedes fiarte de nadie.
    Besitos

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