lunes, 14 de marzo de 2011

Libros, trabajos y vacaciones...

Extracto del diálogo que mantuve ayer sábado por la noche con mi hija de once años:

-Mamá... ¿Escribes por divertirte o para que te lean? -me preguntó cuando estaba dándole el beso de buenas noches.
-Por ambas cosas. Me gusta escribir, me divierte y me evade, y por supuesto me encanta que la gente lea lo que escribo y me cuente si le ha gustado o no -contesté entusiasmada.
Me encanta cuando mi hija me hace este tipo de preguntas, como si yo fuera una gran escritora o algo por el estilo! Ufff.
-O sea que escribes para divertirte y para que te lean -reflexionó ella.
-Sip...
-¿Quieres que publiquen tus libros? -inquirió entornando los ojos.
-Pues sí... sino nadie podría leer mis historias -contesté sin fijarme demasiado en su mirada calculadora.
-Ah... ¿y te pagan por escribir? -soltó de pronto dejándome un poco aturullada, no me gusta hablar de “negocios” con mis hijas... son como radio patio, pero en el colegio... todo lo que yo diga, puede ser, y será usado, para convertirlo en conversación entre amigas.
-Hmm sí, algo me pagan -confesé sin entrar en detalles... el tema me empezaba a oler a chamusquina.
-Pero no es nada fácil publicar -comentó con toda lógica. Me ha visto mandar mis manuscritos una y otra vez a distintas editoriales y desesperarme esperando una respuesta.
-Exacto. Buenas noches cielo -me despedí dándola otro beso...
-Y también te pagan por trabajar con el abuelo -No era una pregunta.
Livia sabe de sobra que yo trabajo en la cristalería con mi padre y mi hermano, y que de ahí es donde proviene el dinero que entra en casa cada mes (de ahí y del trabajo de su padre, lógicamente; pero como mi marido es muy astuto, en cuanto vio por donde iban los tiros se escabulló silenciosamente de la habitación por si las moscas... así que se libró del quinto grado)
-Sí -fue mi escueta respuesta- Es muy tarde cariño, duérmete -intenté escapar.
-Mamá -No iba a darse por vencida.
-Dime.
-Si en el trabajo ya cobras dinero... ¿Por qué publicas libros a cambio de dinero?
-¿Perdón?
-Estoy pensando que si lo que te gusta es escribir y que te lean, y que si lo difícil es publicar, podrías regalar los libros que escribes a la gente y así los leerían sin problemas, y tu serías feliz porque te leen... y como ya consigues dinero en el trabajo con el abuelo, pues no te hace falta cobrar por los libros.
A todo esto, Raquel, mi hija pequeña, (seis años de edad y más lista que el hambre) que había estado atenta a toda la conversación salió de su cama y nos miró a ambas con las manos en las caderas y cara de muy mala leche.
-¡pero tu eres tonta o te lo haces! -le increpó a su hermana- el dinero que mamá coge del trabajo es para comer cada mes.
-Ya lo sé -respondió Livia con cara de “ Que narices me cuenta esta pequeñaja”
-¡Pues entonces! El que consiga con los libros será para cosas que no sean de cada mes... ¿Y que no hacemos cada mes? -preguntó muy chulita.
-Ni idea -respondió Livia interesada.
-¡Irnos de vacaciones! Eso no lo hacemos casi nunca... así que el dinero que no sea del mes, será para las vacaciones... y cuanto más saque más tiempo nos iremos... y podremos ir al sitio ese del castillo y los caballeros con lanzas...
En ese momento, y viendo que estaban enzarzadas en planear concienzudamente nuestras futuras vacaciones, aproveché para salir de su cuarto tan sigilosamente como pude...

Esta mañana (domingo) cuando me he levantado, se habían puesto ellas solas el desayuno y estaban haciendo los deberes en silencio en la mesa del comedor... Y lo cierto es que me ha extrañado bastante porque, normalmente, los fines de semana, se dedican a alborotar y renegar por tener que hacer deberes cuando están “libres”. No obstante, no soy tonta, así que he aprovechado las circunstancias, he hecho la casa con rapidez y he conectado el portátil.
He estado escribiendo durante un par de horas sin interrupciones, algo muy raro... ¡rarísimo!
Cuando ha llegado la hora de comer, he cerrado el ordenador y me he ido a la cocina... allí me he encontrado con mi marido pelando patatas, me ha guiñado un ojo y me ha comentado que las niñas le han dicho que a partir de este momento tiene que hacer él todas las labores de la casa y ayudarlas con los deberes, porque yo no puedo perder tiempo en esas cosas... ya que tengo que escribir libros para irnos de vacaciones a un lugar maravilloso, con playa, piscinas, y caballeros montados a caballo...

9 comentarios:

  1. Madre mia estas pequeñajas, desde luego aburriros no os aburriréis. La salida de la peque ha sido genial. Pues nada... escribe escribe, no se las puede dejar sin ir a ese lugar con caballeros ;)

    Me encantan los críos cuando tienen estas cosas.

    Besuss

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  2. Soy yo y me hubiera quedado de una pieza. No he podido parar de reirme

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  3. Nena, tus hijas saben más que tú.

    Y son unos cielos, además de inteligentes... Al final su madre tendrá que seguir con sus novelas "remuneradas" para poder llevarlas de vacaciones... jejeje

    Besitossss.

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  4. ¡Que niñas mas listas! Ahora no te quedará mas remedio que llevartelas de vacaciones a un sitio así... ¡o no te volverán a dejar escribir en la vida!

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  5. Simplemente, GENIALES.
    Tienes un par de tesoros. Bueno, tres. ;))

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  6. JAjjajaja. TUs hijas son cojonudas jajajajajja. Me encantan. Ahora sí, te aviso: la mayor es encantadoramente especial y la peque más lista que na.
    Besos y que las disfrutes mucho.

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  7. Que bonicas Noelia, y que listas!! Me encanta como la sencillez con lo que han dicho lo que pensaban. Pues nada, ya sabes que aquí tienes una colaboradora que comprará tu libro en cuanto salga al mercado, para que vayáis a ver princesas y caballeros en su brillante armadura. Besikos!!

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  8. ostras que listas Noelia!!! me ha encantado la grande por su ternura y la pequeña por sabionda jajajaj es me imagino la escena . Yo tambien tengo dos nenes y el grande es un amor y el pequeño un listillo paro por salao que es el tio asi que imaginoq eu te darias media vuelta para salir de la habitacion y recojerte la babilla que se te caia junto con una sonrisa en tu boca...

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  9. Jajajajajaja

    Lo dicho: tus niñas son la caña de España.

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