miércoles, 16 de noviembre de 2011

Usos de siempre en tiempos modernos

Usos de siempre en tiempos modernos.

Hoy me he levantado moqueando, síntoma claro de que estoy empezando a constiparme.
Bueno, no pasa nada. Todos los años me constipo en octubre y me dura hasta junio, así que solo se ha retrasado un poco lo inevitable.

Me he levantado de la cama medio asfixiada, con la nariz taponadísima y me he ido al cuarto de baño a hacer un concierto de trompeta. (Mi marido llama así a mis ataques pañuelo en mano contra mis fosas nasales) mi madre lo ha oído (sigo viviendo en su casa) y me ha recomendado que me tome un frenadol o algo por el estilo. Me he ido a currar y en la cafetería me han recomendado que me tome ibuprofeno o algo similar. En el curro me han dicho que porque no me tomo un gelocatil…

En definitiva, en menos de media hora me han recomendado tres tratamientos distintos para mi posible constipado, y todo ello sin pasar por consulta.

Reflexionando sobre este asunto me han venido a la mente Los Nueve Libros de la Historia, de Heródoto de Halicarnaso, historiador griego que vivió entre el 484 y el 425 A.D.

Heródoto está considerado por muchos (entre los que me cuento) el padre de la historiografía moderna, esto es, la ciencia de la historia. La Historia no se resume solo con datos y fechas, sino que también se le deben añadir anécdotas, interpretaciones de los distintos sucesos, visiones parciales e imparciales, en definitiva, la historiografía es escribir sobre la historia.

Los Nueve Libros de la historia, o Historiae escritos por Heródoto hacia el 440 A.D. narran con con todo lujo de detalles las Guerras Medicas entre Grecia y Persia y en definitiva nos cuentan con pelos y señales los usos y costumbres de casi todo el mundo antiguo, añadiendo un sinfín de datos, anécdotas y curiosidades de los pueblos. Uno de los pueblos de los que cuenta mil y una historias es Babilonia, y el párrafo que me ha venido a la mente con mi constipado es este:

LIBRO I CLIO CXCVII
Otra ley tienen que me parece muy discreta, cuando uno esta enfermo le sacan a la plaza, donde consultan sobre su enfermedad con todos los concurrentes, porque entre ellos no hay médicos. Si alguno de los presentes padeció la misma dolencia, o sabe que otro la haya parecido, manifiesta al enfermo los remedios que se emplean en la curación, y le exhorta a ponerlos en práctica. No se permite a nadie que pase de largo sin preguntar al enfermo por el mal que lo aflige.


Impresiona.
En la Babilonia del siglo V antes de Cristo se hacía exactamente lo mismo que en el Madrid del siglo XXI después de Cristo… dar consejos médicos sobre posibles síntomas de enfermedades.

Está claro que vistamos con pieles, túnicas, taparrabos, vaqueros, minifaldas o plásticos, los humanos, fuimos, somos y seremos siempre iguales…

1 comentario:

  1. Hola!!!
    Que no sabía yo que tenías blog, ahora mismo te añado al mío.
    Un besote, guapa.

    ResponderEliminar

Hola!