miércoles, 2 de marzo de 2011

Miércoles de cine: La Leyenda de la Ciudad sin Nombre

A ver… Imaginaos esta escena:

Un carromato se despeña por una ladera, unos cuantos mineros que andan por los alrededores se apresuran a socorrer a los accidentados… pero no hay nada que hacer… uno ha muerto y el otro (Clint Easwood) está herido. Atienden a Easwood, y entierran al muerto… o al menos comienzan a enterrarlo.
Me explico; cavan un agujero, y meten en él al difunto. Uno de los mineros comienza a decir algunas frases de la Biblia mientras otro da paladas para tapar la tumba y… en ese preciso instante alguien grita: ¡Oro!
El que recita la Biblia, detiene su oración y un microsegundo después exclama: ¡AMEN!
De repente el cuerpo del difunto salta por los aires y los mineros se ponen a dar paladas como locos para sacar oro de lo que hasta hace escasos segundos era una tumba.

Así comienza uno de los westerns menos usuales y más alucinantes que he visto en mi vida.

“La leyenda de la Ciudad sin Nombre”

Esta película está protagonizada por Clint Easwood (Socio) Lee Marvin (Ben Rumson) y Jean Seberg, y lleva por título original “Paint Your Wagon” (que por cierto no se parece en nada al traducido made in Spain). Es una mezcla impecable, imprevisible e impresionante de Western, musical y comedia.

Clint Easwood es “Socio” el hombre herido en el carromato y al que Ben Rumson (Lee Marvin) “cuida” y que con el tiempo se convierte en minero, amigo y… socio de Ben.
Un buen día llega al campamento de los mineros un carromato con una familia algo… atipica. Un hombre, un bebe y sus dos mujeres… ¿Eing? Sip, sus DOS mujeres. Resulta que es una familia mormona, en la que las mujeres no es que se lleven precisamente bien… pero eso no es todo; no no no. Los mineros deciden, en justa indignación, que no es de ley que el mormón tenga dos mujeres y ellos ninguna, por lo que en una de las escenas más hilarantes que he visto nunca, convencen al hombre de que subaste una, y Lee Marvin, borracho como una cuba, entra en subasta y la compra… a ver, así contado puede parecer un poco… raro… pero os aseguro que las cosas no se desarrollan como pueda parecer a primera vista… sí, es una situación un poco escalofriante… pero… no lo es.

Resultado: Lee se casa con la mujer, y Socio se enamora de ella… y la mujer se ¿enamora de ambos? Ahhh no os lo pienso contar…

La cuestión es que ahora todos los mineros quieren una mujer para ellos y… deciden hacerse con unas cuantas prostitutas, pero para ello les hace falta un salón… un hotel… más tiendas… en definitiva, una ciudad. Por tanto construyen esa ciudad, pero ojo, la construyen de acuerdo a SUS necesidades (Prostitutas, Bebida y Juego) y al principio todo va estupendamente y son súper felices… hasta que empiezan a llegar los colonos… y no es por nada, pero a la gente “decente” no le gustan las prostitutas ni el juego ni el alcohol y… quieren una ciudad como Dios manda, con su iglesia, sus cultivos y sus normas… uf.

No voy a contar toda la película (aunque me gustaría) pero si debo deciros que si no la habéis visto, VEDLA, y si la habéis visto, volvedla a ver. Es de lo mejorcito que he visto en mi vida. Divertida, aguda, irónica, atrevida, afilada… nos habla de cómo nace una ciudad, de cómo lo que es “bueno” para unos es “malo” para otros, de la inocencia, de la iglesia, del juego, de las personas, de la intransigencia, del amor, de la libertad en el más amplio sentido… es IMPRESIONANTE.

La Banda Sonora es una verdadera maravilla, la voz de Lee Marvin no tiene precio (a mí por lo menos me encanta su tono grave… uff) y oír cantar a Clint Easwood es cuanto menos sorprendente. Hay canciones para todos los gustos, desde un gospel súper divertido por parte de un predicador errante, una balada suavecita de Easwood, un baile country, una “oración” de Jean Seberg y por supuesto una de las canciones más bonitas de todos los tiempos, “Estrella Errante” (Wandering Star) interpretada por Lee Marvin… os aseguro que al oírla se os pondrán los pelos de punta.

Y bueno… de los diálogos poco puedo decir, son hilarantes y muy ácidos. No tienen desperdicio.

Si por mí fuera os copiaría todos los diálogos de la película en esta entrada… pero no tendría espacio suficiente y además, acabaría con los dedos despellejados de tanto teclear, así que, os voy a copiar dos muy cortitos, y os voy a dejar el video de la subasta de Jean Seberg. Es un poco largo, pero de verdad, merece la pena verlo.

Ben Rumson (Lee Marvin): Hay dos tipos de gente: los que van a alguna parte y los que no van a ninguna. [...] Soy un ex-ciudadano de ninguna parte. Echo de menos mi hogar.

Me parece una frase preciosa… y que describe con absoluta precisión aquellos primeros años del oeste americano, la forma de ver la vida, la búsqueda de aventuras, el ser una “Estrella errante”
La podéis ver en este vídeo, la frase y la canción que la acompaña "Estrella Errante" que de verdad, es preciosa. 

Y este dialogo que escribo a continuación, no es tal… sino los cuchicheos de dos mineros mientras un predicador errante da un sermón subido sobre una tarima en una calle del pueblo. En el sermón habla sobre los peligros del mal, del juego, del vicio, de las prostitutas y de los fornicadores…

Minero 1.- ¿Qué es un fornicador?
Minero 2.- No lo sé, no soy hombre religioso.

Esto es solo un ejemplo, la película está plagada de “frases para la eternidad”

Y por último, la escena de la subasta de Jean Seberg... disfrutarla, no tiene desperdicio!!



4 comentarios:

  1. Qué interesante reseña, me han dado muchas ganas de verla. Trataré de conseguirla :D

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  2. Intentalo Aurora, te aseguro que te va a encantar, es divertida, emotiva, hilarante... vamos... es de mis pelis favoritas... no te va a decepcionar!

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  3. Mira que, desde hace mucho tiempo, tengo el DVD de esta peli en casa y ni siquiera me ha dado por desprecintarlo. Después de leer tu entrada, habrá que hacer un hueco para verlo.

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  4. Wowww me encanta esa peli!!!! Y la BSO es genial!!!!
    Buena elección, Noe... :D
    Bss

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