lunes, 27 de mayo de 2013

ESdV personajes: Kier


Y siguiendo con la serie de entradas dedicadas a los personajes de El Sacrificio del Verdugo, le toca el turno a Kier.

¿Quién es Kier?

Os pego de nuevo el oxímoron que da comienzo al libro:

"Erase una vez una leyenda...
Una mujer inmortal de vida efímera.
Un rey perdido en certezas equívocas.
Un hombre inmerso en un presente sin futuro.
Una joven prohibida anhelando caricias.
Un bosque encantado, una ciudad de sacrificio, un Reino.
El Reino del Verdugo."

Kier es el hombre inmerso en un presente sin futuro.

¿Por qué?
Kier es un hombre modesto de Olla del Verdugo (una aldea cercana al bosque), es un comerciante, un artesano. Fabrica "cosas" y luego las vende al mejor postor, ya sea en el mercado de  Sacrificio del Verdugo (la capital del Reino), o a clientas que le han hecho encargos. También presta sus servicios si estas requieren que les enseñe a "utilizar" los productos que él vende. Hasta ahí todo es de lo más normal (más o menos)... el problema surge cuando tiene que hacer entrega de sus productos, pues dado el peculiar talante de sus compradoras, se ve obligado a hacerlo en un lugar donde nadie pueda verlas... y, ¿qué mejor lugar que el Bosque Prohibido? Lo malo es que está prohibido entrar en el bosque, y si los guardias del rey le pillan le van a hacer mucha pupa...

¿Cómo es Kier?

Físicamente es de piel morena, espaldas anchas, pelo muy oscuro y largo, manos con dedos largos y finos (me chiflan sus manos), y unos profundos ojos verdes.

No es un hombre muy sociable, quizá porque tampoco le han dado opción de serlo. Está un poco de vuelta de todo y es muy desconfiado, sobre todo con los nobles... Está más o menos acostumbrado a tratar con ellos (sobre todo con las damas), y sabe que mienten más que hablan. En definitiva, no se fía de nadie y siempre espera lo peor de todo el mundo... de ahí que se sorprenda tanto al conocer a Aisling y descubrir que ella es la sinceridad personificada.  
Por otro lado, está acostumbrado a valerse por sí mismo, y... mmm... la situación en la que se encuentra cuando conoce a Aisling le hace imposible esto. Más aún, cuando se recupera, comprueba asombrado que todas sus habilidades no le sirven de nada en el bosque. Y eso no le gusta y le ataca un poco su orgullo, porque... mmm... no hay nada en lo que él pueda superarla... o eso cree.

El actor que usé para imagen de Kier es Collin Farrell, aunque si os soy sincera, no es en él en quien pensaba mientras escribía el libro. La elección de Collin fue producto de la desesperación al no encontrar a nadie que cumpliera las expectativas de mi imaginación.
La verdad es que jamás me baso en nadie conocido para crear a mis personajes (a excepción de Darío, Héctor y Ariel). Tiendo a imaginarlos como mejor me parece, y luego me encuentro con el gran problema de que no encuentro a nadie que los represente en la realidad. Ufff. Collin es quizá quien más se asemeja a Kier, pero... no es exactamente él.

 –Padre viene a claro cada luna nueva –explicó[Aisling]–. Le pediré navaja cuando vuelva a verle. Así quitaremos barba de tu cara –afirmó sonriendo. 
–De paso podías pedirle que me afeitara él. Seguro que estaría encantado. 
–¿Por qué padre encantado de afeitarte? –le preguntó desconcertada. 
–Porque así podrá rebanarme la yugular él mismo –auguró Kier en tono sombrío tumbándose bocarriba. 
–¡No! –jadeó Aisling aterrada–. Padre no haría eso. 

–Por supuesto que sí. En cuanto el rey ponga sus regias zarpas sobre mí, se apresurará a arrancarme los cojones y hacérmelos comer crudos. Nada le dará más placer que eso… –aseveró feroz, repentinamente enfurecido con el bosque, los robles y los lobos que jugaban retozones cerca de ellos.

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