Yo creo en la amistad, en el buen entendimiento, en la
envidia sana (quién no envidiaría a quien escribe como los mismos ángeles?).
Creo en aprender, en intentar ser mejor, pero ojo, mejor que
uno mismo, no que los demás.
Creo en la verdad, en la libertad de expresión y de opinión (de hecho, la constitución
me ampara).
Creo que los ángeles luminosos no tienen comparación con los
demonios rastreros, cobardes al fin y al cabo, que utilizan sus reinos de
tinieblas para atacar, valiéndose de algo tan universal y libre como la
libertad de expresión, aunque en esos mismos reinos ésta brille por su
ausencia.
Y para terminar esta disertación, intima y personal que solo
pretende desnudar mis pensamientos y los de nadie más, voy a tomar prestadas
unas frases de Joaquín Sabina, de la canción “Noche de bodas” que explican
claramente lo que siento:
Que gane el quiero la guerra del puedo.
Que los que matan se mueran de miedo.
Que el corazón no se pase de moda.
Que los otoños te doren la piel.
Que las verdades no tengan complejos.
Que las mentiras parezcan mentira.
Que ser valiente no salga tan caro.
Que ser cobarde no valga la pena.
Que no te compren por menos de nada.
Que no te vendan amor sin espinas.
Que no te duerman con cuentos de hadas.
Es un placer leerte. Tu disertacion es genial. Me encanta. El video y la cancion, muy lindos.
ResponderEliminarGracias, Noelia.
Genial!!!!!!!! a tus pies!!!!!!!! No daña quien quiere sino quien puede! Muac !!!!!! ;)
ResponderEliminarCuanta razón, me encanta, besos guapísima eres un sol.
ResponderEliminarPalabras sinceras y hermosas.
ResponderEliminarBesosss.
¡Amén! ¿Para qué voy a decir nada más, si lo has expresado todo perfectamente?
ResponderEliminarYo sufro de envidia, pero de la sana. De esa envidia que hace que, cuando una amiga triunfa, tus ojos se llenen de lágrimas de emoción, y que se te ponga la piel de gallina cuando lees buenos comentarios sobre ella. Y que te hierva la sangre cuando alguien tira por tierra su trabajo con premeditación y alevosía, con la única intención de hacer daño.
Besos