Siguiendo con esta serie de entradas temáticas sobre los personajes de ESdV, esta vez le toca el turno al Rey Verdugo, Iolar.
¿Qué puedo decir de él?
Quizá deba empezar por el principio... que en este caso son las primeras frases que encontraréis en el libro, os las pego:
"Érase una vez una leyenda...
Una mujer inmortal de vida efímera.
Un rey perdido en certezas equívocas.
Un hombre inmerso en un presente sin futuro.
Una joven prohibida anhelando caricias.
Un bosque encantado, una ciudad de sacrificio, un Reino.
El Reino del Verdugo."
Este pequeño ¿poema? (no sé bien como llamarlo) nos describe a grandes trazos cada uno de los protagonistas principales del libro. La primera frase: "Érase una vez una leyenda" se refiere a Màthair Mòr, de la que os hablé en una entrada anterior (aquí).
El rey perdido en certezas equívocas es Iolar, el Rey Verdugo (aunque muchos le llaman de otra manera... ya lo averiguareis)
Iolar es un hombre de poco más de cuarenta años, moreno, de rasgos afilados y severos ojos negros. Posee un fuerte carácter, es bastante irritable y un tanto calculador... también es muy cabezota, y a veces, no es capaz de ver la realidad que se oculta ante sus ojos, de ahí el oxímoron: Un rey perdido en certezas equívocas (ya lo comprobaréis).
"––No me estás escuchando ––dijo [el rey] en voz suave––. No te muevas o erraré el corte.
El hombre volvió a gritar horrorizado sin dejar de revolverse.
El rey sonrió. Una sonrisa tan segura y satisfecha que a ninguno de los presentes le cupo la menor duda de lo que iba a pasar a continuación.
Iolar aferró con fuerza el pomo de la espada, y con un eficaz giro de su muñeca, la arrancó del suelo, cercenando a su paso los genitales del hombre que gritaba asustado a sus pies. La bolsa escrotal, con los testículos aún palpitantes, cayó a los pies de Gard. Este se apresuró a aplastarla bajo su bota."
No puedo hablar de Iolar, sin hacerlo a su vez de Gard.
Gard es el capitán de la guardia del Rey. Y también su mejor amigo. Es la antítesis de Iolar. Rubio, de su misma edad, rasgos serenos y ojos azules. También es más alto y fuerte que el monarca. Su carácter tranquilo puede tornarse peligroso ante cualquier ofensa (ya sea inventada o real), pero normalmente hace gala de una mesura que desde luego no tiene el rey.
Gard al contrario que Iolar sí es capaz de intuir que hay "cosas" que no son lo que parecen... y aconsejarle en consecuencia.
" –Es lo mejor, Iolar. No tienes tiempo para domar fieras y reinar a la vez –le susurró Gard horas más tarde, en la intimidad de sus aposentos."
Por otro lado, tampoco es que sea un santo, no os creáis...
"Kier elevó la mirada y se encontró con los fríos ojos azules del capitán fijos en él, [...] Aterrorizado, cerró casi sin fuerzas los puños y atacó con desesperada lentitud a su verdugo [...]
La reacción del soldado no se hizo esperar: rechazó con una mano los torpes golpes, llevó la otra hasta las vendas que cubrían la herida del joven y presionó con los dedos sobre esta.
Kier lanzó un estrangulado alarido, apenas audible, y se aferró al fuerte brazo del capitán de la guardia, luchando entre espasmos de dolor porque alejara de su costado los férreos dedos que le torturaban.
–Tal parece que tienes la cabeza más dura que la maza con que te golpearon –comentó Gard recorriéndole con la mirada e ignorando sus gemidos de dolor–. ¿No te han dicho que no es buena idea atacarme?"
Espero que os haya gustado. En la próxima entrada os contaré algo sobre Fiàin...
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