martes, 29 de diciembre de 2009

La suerte de los Huevos.

La suerte de los huevos.




Hace trece años y medio que me fui de casa de mis padres para vivir en la mía propia con mi novio (posteriormente marido) y en estos ciento sesenta y dos meses jamás ha llegado una docena de huevos entera a mi casa. Ni media. Ni un cartón de dos docenas. Nunca. Si compraba doce huevos al llegar a casa quedaban diez enteros (en el mejor de los casos), si eran seis llegaban cinco (con suerte) si eran veinticuatro llegaban veinte (a veces ni esos) pero jamás de los jamases llegaban todos.



En casa ya es cosa de guasa, cuando mama (o sea yo) va a comprar, mis hijas y mi marido hacen apuestas para ver quien acierta cuantos huevos se me romperán (grr), así que hoy cuando he venido del mercado y he entrado por la puerta, ya estaban todos esperándome en la cocina con la sonrisa en la boca.

Yo misma había apostado porque se cascaría uno nada mas (total, si seguro que se van a romper, por lo menos apuesto por la mínima cantidad). Durante el trayecto que va desde el mercado a mi casa, se me ha caído la bolsa (una sola vez) y la taimada puerta del ascensor ha aprovechado un descuido y se ha cerrado cuando la bolsa estaba a medio camino de entrar. En definitiva, no las tenía todas conmigo, veía mas como ganadora a mi hija mayor que había apostado por cuatro huevos rotos.



Como iba diciendo, he llegado a casa, he sacado con cuidado la docena de huevos de la bolsa, he abierto la caja de plástico que los contiene y he comenzado a meterlos en la nevera bajo la atenta mirada de mi familia… Y cual no ha sido nuestra sorpresa cuando hemos comprobado que NO había ningún huevo roto.



¡¡MILAGRO!!



No me lo puedo creer, por primera vez desde que me fui de casa de mis padres no se me han jodido los huevos. Increíble.



Y digo yo… ¿no será que estoy teniendo un ataque de buena suerte morrocotudo?



Recapitulando; en lo que va de mes, me han pasado varias cosas excepcionales. Las voy a colocar por orden de importancia.



- En primer lugar: Mi hija mayor, (10 años) ha terminado el trimestre con sobresalientes en matemáticas, ingles, conocimiento del medio, religión, plástica y música, con un notable en lenguaje, y un bien en educación física. Y eso es ¡Tremendo! Poca gente sabe lo que la ha costado sacar esas notas. Lo que ha luchado. Lo que se ha esforzado. Por que mi hija es disléxica y hasta hace cosa de cuatro años en que se lo diagnosticaron y empezamos a trabajar sobre ello, la cosa en el cole iba mal de narices. Así que sus notas son el mejor regalo de este año. (eso si, en años pasados también ha habido sobresalientes, pero no tantos, este año ha sido BESTIAL)

- En segundo lugar: Me van a publicar el manuscrito que escribí “Falsas apariencias”. Y eso es TREMENDO, la bomba, la releche… impresionante. Inesperado. Algo que jamás esperé y que me ha dejado temblando y aturullada. ¡Leches! Que ganas de que llegue enero y ver el librito en las librerías.

- En tercer lugar, me ha tocado la lotería. A mí. Poca cosa, eso si, y además ya ha desaparecido en el arrebato de las compras de ultima hora, pero que narices… ME HA TOCADO!!

- En cuarto lugar hoy no se me han roto los huevos. Ni uno. En serio.

- En quinto y último, al desayunar he cortado un rosconcillo de reyes y me ha tocado el regalito... cuando he venido a trabajar, los chicos habían traído otro roscón y me ha vuelto a tocar el premio (y mira que me da asco eso de morder el roscón blandito y encontrarte con algo duro cubierto de plástico... puag)


Mi marido me ha dicho que me vaya mañana mismo a comprar un decimito para el niño, que fijo que nos toca… y eso voy a hacer. Jajajaja.



Por si no me da tiempo a escribir nada más antes del próximo año.



FELIZ AÑO NUEVO A TOD@S

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