Escribiendo el 2012

Buenooooo, pues ya estamos aquí, comenzando un nuevo año, el 2012… Y m han dicho que va a ser un año pésimo, que todo va a ir peor, joder, incluso hay quien asegura que terminará el mundo tal y como lo conocemos, porque, al fin y al cabo, lo anunciaron los mayas. (Cosa que dudo muy mucho –que termine el mundo, me refiero-… los mayas simplemente cerraron la cuenta del calendario “largo” y, por tanto, el 2012 inicia una nueva cuenta).

Y yo no sé si este año va a ser mejor, peor, o igual que los que le han precedido… y la verdad, tampoco me paro a pensarlo mucho, lo que sea, sonará.

Lo que sí sé, es que este año me va a proporcionar 365 días nuevecitos, listos para estrenarlos y llenarlos con todas las experiencias que yo quiera (y algunas que seguro no querré, grr), que tengo 8.760 horas para disfrutarlas junto a mi gente, 525.600 minutos para hacer con ellos lo que me de la real gana, y 31.536.000 segundos para escribir (ojo, no los pienso usar todos en este menester).

Por tanto, y siguiendo con esta filosofía de vida, la madrugada del día uno (es decir, la noche del 31 de diciembre de 2011) me acosté a las cinco y muy largas de la mañana, y cinco horas después, sobre las diez y muy largas de la estupenda, luminosa y fría mañana del día 1 de enero de 2012 me levanté de la cama. 

Me costó menos y nada abrir los ojos, es cierto, aunque no lo creáis; solo había dormido cinco horas, pero esos 300 minutos de sueño me dieron el descanso necesario para levantarme con ímpetu y energía. Esos 18.000 segundos fueron suficientes para soñar…

Sip, soñé con mis niños, Kier, Aisling, Iolar, Gard y Fiàin, los protas de la historia que estoy escribiendo… soñé con ellos, o mejor dicho, ellos me susurraron al oído todo aquello que aún no me habían contado, y cuando acabaron, me levanté de la cama como si me hubieran puesto petardos en el culo, me lavé la cara, me hice un café y, sentada a la mesa de la cocina, comencé a transcribir sus susurros en mi cuaderno…

Ufff, la verdad es que odio escribir a mano, pero como mi intención era tomar unas pocas notas, y luego volver a la rutina del 1 de enero (limpiar el caos de la fiesta, preparar cualquier cosa para comer y por la tarde ir a ver a mis padres), pues no me apetecía encender el pc… al fin y al cabo iban a ser solo unos pocos conceptos, diez o doce líneas a lo sumo.

Poco después se levantaron mis hijas y vinieron a la cocina a darme el beso de la mañana… yo aún seguía escribiendo en mi cuaderno.

Algo más tarde, mi marido entró en la cocina, sacó el cajón del fiambre de la nevera y se fue con él en la mano, dispuesto a alimentar a su tropa con algo fácil de hacer (vamos, abrir el paquete, sacar el embutido, y ponerlo junto al pan)

Cuando tiempo después, acabé de escribir, cerré mi cuaderno (casi sin hojas en blanco), hice crujir los nudillos (tenía los dedos anquilosados), me estiré todo lo que pude, y abandoné la cocina en busca de mi familia. Estaban todos jugando a la Wii, eran las cuatro y mucho de la tarde y habían comido bocata de chorizo… Yo, por supuesto, solo había “comido” el café de la diez de la mañana… me había metido tanto en la historia, que me había olvidado hasta de tener hambre…

Así que, puedo decir sin temor a equivocarme, que he empezado el nuevo año con ímpetu, energía y muchas ganas de escribir… de hecho, ya tengo lo que me restaba por escribir del libro bocetado, ahora solo es cuestión de ponerlo en limpio, ampliar conceptos y plantarle un enorme FIN. En cuanto pasen los reyes me pongo a ello… jejejeje.

Y con esto, quiero decir, que me da lo mismo como dice la gente que va a ser el 2012, porque YO voy a crear mi propio 2012… y va a ser ESTUPENDO!!!

FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!!!!!!!