viernes, 4 de noviembre de 2011

Con la iglesia hemos topado!







Realmente la frase que el gran Cervantes escribió en el Quijote fue: “Con la iglesia hemos dado”, pero a mí me gusta más la que he utilizado de título: Con la iglesia hemos topado, que es al fin y al cabo la que casa con mi odisea de hoy.
Os cuento.
No sé si lo sabréis, pero hace ya muchos años tomé una decisión sobre la religión: No creer en nada. Es una opción personal, y por supuesto, respeto a todos aquellos que opten por creer, ya sea en el dios de los cristianos, en el de los musulmanes, en el de los judíos, en el de los budistas, etc. En definitiva, que cada uno crea en quien le dé la gana creer, y yo haré lo propio.
En consonancia con mis no-creencias religiosas, opté por casarme por lo civil, y mantenerme alejada del templo de cualquier Dios. Y así lo he ido haciendo hasta el nacimiento de mis hijas.
Hace once años nació la mayor y cuatro años después, la pequeña.
Creo en la libertad de pensamiento, expresión, ideología y religión. Y de acuerdo a mis creencias, cuando mi hija mayor decidió estudiar religión en el colegio (hecho propiciado por su abuela y por su mejor amiga en clase) no me opuse a ello. Cuando decidió ir a catequesis, tampoco me opuse, aunque indiqué al cura que la niña no estaba bautizada y que tanto su padre como yo no creíamos en su dios, y por tanto, para todas aquellas cuestiones que tuvieran que ver con la fe, debería dirigirse a la abuela paterna (la instigadora del despropósito). El cura, José Julio, un hombre amable y agradable, al principio se extrañó, para que vamos a negarlo, pero al final aceptó. El resultado, que mi hija mayor hizo la comunión, apoyada económicamente por mí, aunque también debo reconocer que actué de diablo tentador y le ofrecí vestido, banquete y regalos sin necesidad de pasar por la iglesia. La lástima es que no aceptó. Eso sí, dos años después de hacer la comunión, decidió que la iglesia ya no le convencía y ahora es tan atea como yo o más. En fin… niños.
Y llegamos a hoy. Mi hija pequeña ha cumplido siete años, y toca volver a empezar el periplo eclesiástico que la llevará a ella a hacer la comunión y a mí a desembolsar una buena cantidad de dinero en vestidos, banquetes y regalos. Pero no pasa nada, no mi importa, a mí también me hizo ilusión ir vestida con un hermoso traje de novia, me encantó recibir regalitos, y disfruté muchísimo con el banquete posterior… ah, y por supuesto no volví a pisar una iglesia hasta que mi hija mayor hizo la comunión… de hecho, cual no fue mi sorpresa al darme cuenta de que habían cambiado el padre nuestro, el credo y creo que hasta los mandamientos… ufff, y yo que pensaba que todo eso era algo así como sagrado… y va a ser que no, también va en modas. En fin, que me desvío del tema.
Hoy mi hija pequeña ha tenido su primera clase de catequesis. La he acompañado hasta la iglesia con la intención de dejarla en manos de su catequista y salir cagando leches de allí. A ver, no me malinterpretéis, no tenía prisa de irme por miedo o resquemor hacia los curas, que va. Tenía prisa porque soy una mujer muy ocupada, tenía que escribir unas cosas, recoger mi casa, ayudar a la mayor con un trabajo, estudiar entra las dos un tema de conocimiento del medio, preparar la comida del día siguiente, tender una lavadora, recoger la ropa ya seca, y sinceramente, no estaba por la labor de perder hora y media en ningún lado que no fuera mi propia casa.
Ah! Pero cual no es mi sorpresa, cuando al llegar al templo del dios de los cristianos, me cuentan las otras mamás que los curas han cambiado las normas. Que ahora las niñas dan catequesis y los padres también. ¿Eing? ¿Perdón? ¿Disculpe? ¿Quién va a dar catequesis? ¿YO? Pues  va a ser que no.
Como tenía que recoger el libro de catequesis de mi hija porque no pude asistir a la primera reunión, primero porque no me dio la gana, y segundo porque ese día estaba todavía más liada que hoy, decidí acercarme a José Julio (joven, simpático), el cura que estaba recogiendo a los niños como ovejas en un rebaño. Le pregunté por el librito de marras, y me respondió que subiera al templo (ay dios, que grima) y se lo pidiera a Pablo. Pablo es el otro cura, también muy majete él, simpático, jovencito, un verdadero desperdicio visto desde mis femeninos ojos, en fin, cada cual es libre de elegir su opción (aunque yo sigo pensando que si los padres de los curas hubieran elegido la misma opción que ellos, ellos no hubieran nacido… en fin, ese es otro tema).
Me dirigí, acompañada de mi hija mayor (que por cierto rezongaba de lo lindo… ahora no puede ver un cura ni en pintura) hasta el templo, esperé como persona educada que soy a que Pablo (el cura majete) acabara de departir con algunos de sus fieles, y cuando llegó mi turno me acerqué a él y le solicité el librito de marras. Su respuesta: “¿No lo has cogido en la primera reunión?”, le expliqué que no pude asistir, y él me instó a sentarme en un banco de la iglesia y esperar a que terminara la reunión, y entonces me lo daría… le comenté –educadamente- que soy atea, y que las reuniones religiosas (de cualquier índole) van en contra de mis creencias. Me respondió que entonces por qué quería que la niña hiciera la comunión. Y creo que mi respuesta le sentó fatal:
-La verdad es que no quiero que haga la comunión, pero ella cree en tu dios y está empeñada en hacerla, y como creo en la libertad religiosa, pues no me queda otra que apoyarla económicamente. Pero vamos, interés, lo que se dice interés, no tengo ninguno.
Tras quedarse callado un par de segundos, me dijo que la reunión era para indicarnos a los padres como iba a ir el tema de la catequesis, y los pasos que se iban a dar y, me advirtió que hasta que no terminara la reunión no me daría el libro. Y joder, a mi hija le hace ilusión tener el libro! Así que como la madre resignada que soy, me senté en un banco, e intenté prestar atención.
Lo primero que hicimos fue pasar lista. Sip, como si estuviéramos en el colegio otra vez. Alucinadita estaba, lo juro. Luego Pablo (que ya no me parecía tan majete) nos advirtió que si faltábamos a más de dos clases por curso, nuestros hijos suspenderían catequesis y no podrían hacer la comunión. Aquí por poco me caigo del banco. Acto seguido dio comienzo la reunión rezando el Padre Nuestro. En ese momento saqué mi Iphone y comencé a revisar los emails pendientes. Acabé más o menos cuando terminaron de rezar un Avemaria o algo por el estilo (ya os digo, que desde mi época, las oraciones han cambiado tanto que ni las reconozco), le pasé el móvil a mi hija mayor (que estaba a punto de quedarse dormida en el banco, joder, con lo incómodos que son), y la puse a jugar.
Durante más de una hora, me he tragado un sermón al más puro estilo yanqui, en el que me han contado que la biblia se divide en 73 libros (ya lo sabía, me la leí con veintipocos años, y es muy entretenida, incestos, cuernos, asesinatos, robos, inundaciones, fuegos, borracheras, gigantes que no se sabe de dónde salen, y eso por no hablar de mi favorito, El Cantar de los Cantares, un libro de un erotismo elegante y apenas perfilado que me fascina). De los 73 libros pasó a los evangelios, (esa también me la sé, son cuatro, Marcos, Mateo, Lucas y Juan, todos escritos al menos un siglo después de la muerte de Jesús, lo que me hace pensar que no es difícil tergiversar las cosas que ocurrieron como poco 100 años atrás… y eso por no hablar de las predicciones que cuentan, ya que es muy fácil decir: esto ocurrirá tal día, cien años después de que ocurra… en fin, pelillos a la mar). A partir de este punto, le arrebaté el móvil a mi hija y le hice una llamada perdida a mi marido… cuando me llamó para ver qué pasaba, aproveché la tesitura para escaparme de la iglesia y fumarme un cigarrito que me supo a gloria. Mi hija siguió despotricando por haberme dejado liar por el cura. Ains.
Al entrar, Pablo (el liante vestido de negro) estaba contándonos qué la fe se trasmite de padres a hijos (pues mi hija lo lleva chungo) y que hace miles de años, el bautizo, la comunión y la confirmación se hacían a edad mucho más tardía que ahora, y que se cambiaron los hábitos porque como las familias instruían a sus hijos en la fe, ya no hacía falta esperar a que los niños fueran más mayores y por ende más conscientes.
¡Maldita sea mi suerte!
A mí me parece mucho mejor que se confirmen, bauticen y hagan la comunión con, como mínimo, 18 años, es decir, con la mayoría de edad. ¿Si hasta los 18 no son conscientes para votar, porque narices van a tener cabeza para elegir religión? Ah, pero también soy consciente de que la iglesia tonta no es, nop señor, es muy lista. Y si dejan a los niños crecer y pensar, y se les quita la ilusión de los regalos, los vestidos, y el banquete, sinceramente, el 80% (y me quedo corta) ni haría comunión ni se bautizaría. Y no digo nada de la confirmación, porque hoy en día, en España al menos, casi nadie la hace… A buen entendedor pocas palabras bastan.
En definitiva que me he pasado una hora y media (bueno, quitamos el cuarto de hora del cigarro) escuchando un sermón religioso siendo atea, y por si fuera poco, se me advertido que o me aguanto y voy un par de veces al mes o mi niña no hace la comunión, ah, y por supuesto no puedo faltar los domingos a misa. ¡Genial! ¡Francamente genial!
Al terminar la charla, me he dirigido a Pablo, le he pedido mi premio por ser una buena chica, es decir, el librito de los cojones, y me ha dicho, ¡ojo al dato! Que bajara abajo (que es de donde venía en un principio) y le pidiera a José Julio (el cura que me había mandado arriba con Pablo) el libro.
¡Coño! ¡Pero que listos que son estos tíos con sotana! José Julio ya me conocía de la comunión de mi hija mayor, y por tanto, sabe de qué pie cojeo... me manda con Pablo, que no me conoce, Pablo me hace tragar un sermón de hora y media, y luego… me manda con José Julio al por el libro que el susodicho tenía desde el principio… joder, joder, joder, LOS MATO!
En serio, no lo he podido evitar, cuando he escuchado a Pablo decirme que bajara abajo, le he dicho: ¿Y para esto me haces tragar una hora y pico de sermón? Y el muy cabronazo se ha encogido de hombros y me ha sonreído!! (Por cierto, tiene una sonrisa preciosa, ainsss, que desperdicio!!!!!!)
He bajado abajo, he conseguido el jodido librito, que resulta ser una guía para las familias en la fe del cristianismo, y nos hemos ido (echando humo) a casa.
Y una vez en casa, he comenzado mi particular acoso y derribo con mi hija.
Le he explicado que mamá y papá no son cristianos y que si el cura quiere que asistan a las reuniones de la iglesia, está faltando a la Constitución Española al imponernos una religión en la que no creemos. Que por tanto no vamos a acudir, y que si el cura no la deja hacer la comunión es porque está atentando contra nuestra libertad religiosa, cosa que va contra la ley española. La he dicho que medite en eso, que la ley está por encima de la religión y que nadie puede imponer sus creencias a nadie. Luego le he comentado que si quiere, no hace falta que haga la comunión, que mamá le compra el vestido, le hace regalitos y le monta un banquete en el restaurante que ella elija.
Y si veo que no la convenzo, pienso usar el arma de destrucción masiva. “Si quieres hacer la comunión por tus creencias cristianas, no te hacen falta regalos ni traje ni banquete. Solo tu fe. Y por tanto, solo fe tendrás.”
Veremos quién se sale con la suya, ellos, o yo!
Pero una cosa os digo, no pienso volver a pisar una iglesia en mi vida.
(Mmm… profetizó que mi madre o mi suegra pasaran dos jueves al mes en mi casa…) 

5 comentarios:

  1. Jajaja, madre mía qué odisea XD Bueno, yo he pasado por las "fases" de la Iglesia salvo por el matrimonio, y la confirmación sí que fue elección mía. Y creo que desde entonces sólo he pisado una iglesia para ir a una boda...digamos que yo creo, pero no practico con la Iglesia porque hay cosas que no me gustan ni me convencen.

    Y lo que cuentas es una de ellas. Entendería que obligasen a los padres a asistir a una primera reunión, más que nada para ponerles al corriente de lo que se les va a enseñar a sus hijos (aunque ya se sepa), pero de ahí a tener que ir casi siempre...pues no, la verdad, eso sobra totalmente. Es cierto que la fe se transmite en la mayoría de ocasiones, pero no siempre, y si una niña escoge creer (al menos de momento XD) no se tiene por qué obligar a los padres a nada salvo a llevarla y traerla. Ya que tu madre y tu suegra son las "culpables", que se ocupen ellas, leñe XD

    En fin...En mi caso hice la comunión en el colegio (que era religioso, pero no de monjas), y los que queríamos dábamos la catequesis en la hora de recreo, por lo que no se importunaba a los padres para nada salvo para el día de la celebración. Y la confirmación...eso fue un cachondeo XD

    Bueno, ya nos contarás si al final comulga o no XD Besos!!

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  2. Ay, ayyy!! Que me da de que alguna lo ha pasado mal en la iglesia, la verdad es que me he partido con tu historia porque es veridica, la iglesia presiona cada vez más en esos temas. te diré algo,todavía no tengo hijos (no sé que haré con ellos y la religión en el futuro) pero soy madrina de 2 niños y el tercero ya me lo han propuesto y el curito en cuestión se le ha plantado que bautiza a la niña el sabado 19 nov a las 18.00 horas, con el frío que hace de noche para un crío, cuando siempre se ha bautizado a los niños en misa de domingo y yo encima trabajo ese finde con las elecciones (sábado adecuando local) y domingo tragando elecciones y por si fuera poco dice el cura que tenemos que hacer curso para ser padrinos, pero hombre de dios si soy madrina desde hace siete años y ya voy por el tercero, qué carajo me vas a enseñar tú, cómo se ponga muy tonto o bautizan a la niña en otra iglesia con cura menos exigente o se buscan otra madrina. Será déspota el curita!!!. Cada vez voy más atea, y que a gusto me he quedado. Besotes

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  3. Pues sí que han complicado las cosas... :O
    Yo los tengo todos, bautizo, comunión, confirmación y boda. Pero la verdad es que los tres primeros o ni me enteré o fue porque lo hacían todos y yo no iba a ser menos...xD Y la última porque de montar el numerito que fuera "a lo grande" en catedral y con unas fotos preciosas... jijijijiji
    Eso sí, voy a ser madrina de un sobrino y juro por lo que sea que NO pienso hacer catequesis ninguna para eso... Pero si conseguí escaquearme de los famosos cursillos prematrimoniales y todo xDDD

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  4. Cielo, has dicho toda la verdad. Pienso igual que tu. Mis hijos son cristianos, bautizados, pero no quieren hacer la comunión. Y digo yo: ¿Por qué narices tengo que obligarlo a ello? Pues ya ves, cuando cumplan 18 años que decidan lo que quieran. Y si se quieren casar por la iglesia que hagan la comunión en el mismo casamiento.
    Hoy en día la catequesis la pueden hacer a cualquier edad, creo yo...
    Estoy contigo en esa actitud, cielo.

    Un besazo.

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  5. Puffff, que complicado el tema que tratas Noelia, me he reído bien al ver como lo explicas (lo siento, pero aunque sean cosas que te enfadan, eras muy graciosa al contarlo).
    Yo también creo que todos los sacramentos se deberían hacer cuando las personas con mayores, para que sean conscientes de lo que hacen, ya que muchas niñas/os quieren hacer la comunión por los regalos, el vestido y todo lo que conlleva, por no hablar de que sus amigas/os la hacen.
    Por otra parte, la tradición cristiana está muy arraigada en la sociedad, y tampoco estaría del todo bien cambiar las fechas de bautizo, comunión, etc, ya que mucha gente se sentiría dolida. Desde luego veo fatal que te obliguen a ti a ir a catequesis, y un poco sin sentido, así que si tu hija sigue queriendo (muy probable, a pesar del discurso magistral y muy acertado que le has dado ;), pues espero que tu madre o tu suegra vayan.
    Respecto a la maniobra de los curas, ¡anda que no saben nada! Vaya estrategia te hicieron, jeje. No me extraña que salieras quemá.
    Y desde luego pienso que los curas deberían estar todos casados, porque lo contrario, por grande que sea su fé, no lo veo natural. El amor y el sexo es algo intrínseco de la naturaleza humana, y una necesidad. Por otra parte tb pienso que muchas de las cosas que proclama la Iglesia se deberían adaptar a los tiempos que corren, ya que si la humanidad cambia, las formas en las que llega la religión a la gente tb tiene que hacerlo. Todo en esta vida evoluciona ¿por qué no ellos?
    Te deseo mucha suerte con este tema cari,me parece muy bien que tengas unas creencias y seas leal a ellas. Muuuuuuchos besos.

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